❥ 🇨 🇺 🇦 🇹 🇷 🇴
Ashly
—Cascara de huevo, zanahoria...¡El abono es bueno!—decía nuestro profesor, —A ver, pon eso ahí. Ahora haremos una rica taza de té de abono, para ti.
Le entregó una taza de abono a un chico
—Chicos esto es reciclar en su forma más básica...¡Hey, no te lo tomes!—le dijo cuando vio que estaba por tomárselo a lo que yo me reí.
—¿Qué hay en Perú?—Edward me paró antes de seguir caminando.
« Merlín Cullen. Hay casas, comida, edificios, flora, fauna y más. »
—¿Cómo supiste de so?, ¿Regresaste a tu faceta de acosador?—pregunté.
—No has contestado a mi pregunta.
—Oye y tú no contestas a ninguna de las mías.—reproché
—Te compré un chocolate gigante.
—No me vas a comprar con chocolates Edward...y ni siquiera me has saludado.
—Hola.
—¿En serio?
—Ya te saludé.
—Eres un caso perdido Cullen.—dije para empezar a caminar más rápido para perderlo de vista.
—Por favor.—rogó y sentí su tacto helado coger mi muñeca.
—¿Vas a decirme cómo paraste el auto?—pregunté volteándome.
—Eso sí, fue una descarga de adrenalina, es muy común. Búscalo en Google.—me dijo.
« ¿Me creía idiota? »
—No te creo Edward, no soy idiota. A menos de que seas Batman o algo parecido no te creo.—
—No vas a parar con eso ¿No?—preguntó algo frustrado.
—No.
—De acuerdo, pero aún no te puedo dar la verdadera respuesta, solo...espera un poco más.—suplicó.
« Me vas a matar Edward »
—¡Aly! No te imaginas quién me invitó al baile.—dijo Jessica llegando.
Edward se fue de la nada.
—¿Quién?—pregunté aún sabiendo la respuesta.
—Es que yo, creí que Mike te iba a invitar a ti.—dijo algo nerviosa.
« Oh Jessica, claro que lo hizo. Pero lo rechacé porque no es mi tipo y no quiero una relación ahora mismo. No te creas tan importante »
—¿No está mal no?—preguntó. Merlín, eres como Quirrell Stanley.
—No, claro que no.—respondí solo por educación, —Ustedes hacen una linda pareja.
—¡Sí!
♪
—Mira Ashy, es un gusano.—dijo Eric apuntándome con un palo de metal que tenía un gusano.
—Sí Eric ya lo vi, ahora aleja esa cosa de mi. Gracias.—le dije.
—Ashly, mira. No debemos ser amigos.—Edward, ya me tenía harta. Caminó junto a mi hasta uno de los autobuses.
—Habla quien me compró un chocolate gigante.—con eso el ya había sellado un pacto, pero no lo iba a obligar a ser mi amigo. No si no quería.
—Hola, soy Alice Cullen y él es Jasper.—se presentó la pequeña Cullen, su nombre era Alice, A L I C E, no otro, solo Alice y el rubio era Jasper, J A S P E R, tenía que memorizar sus nombres. Acepté gustosa el saludo, —¿Vendrás con nosotros en el autobús?
—Solo si hay asientos, además. Creo que alguien no quiere verme.—susurré lo último refiriéndome a Edward.
—Yo no dije eso.—dijo Edward entre dientes.
—¿Entonces que dijiste?
—Olvídalo, solo sube si quieres.—entró por la puerta y desapareció.
—Edward tiene...su carácter.—dijo Jasper intentando hacer una sonrisa de disculpa.
—Luego hablaré con él, tengo un perfecto castigo para darle.—dijo Alice sonriendo.
—¿Debo preocupare si algún día te hago enojar?—pregunté apuntándola con dos dedos a lo que ellos rieron, al menos Alice.
—Vamos.—dijo la pequeña hadita.
Me pasé el trayecto escuchando música y hablando un poco con Alice.
♪
—Oye, la Push nena ¿Quieres ir?—preguntó Eric con su característica sonrisa. Me senté en medio de Jessica y Ángela.
—¿Qué significa eso?—pregunté dejando mi mochila a un lado.
—La playa la Push en la reservación, iremos mañana.—contestó Mike.
La reserva...¡Jake!
—Tiene una oleada enorme.—dijo Jessica comiendo.
—Y yo no solo surfeo en internet.—Eric se levantó e imitó que se paraba en una tabla de surf, lo cual Mike imitó.
—Oye Eric te paraste una vez, y en una tabla de espuma.—se burló Jessica divertida.
—Podemos ver ballenas, ven con nosotros.—alentó Ángela. Cogí un palito de queso y lo mordí.
—La Push nena, es la Push.—Eric hizo manos de jazz al final lo cual casi me hace reír.
—Iré si no lo vuelves a decir.—confirmé.
Fui a ordenar un par de vegetales en mi bandeja, no había comido fruta ni vegetales en toda la semana, ya tocaba comer saludable.
—¿Arte comestible?—preguntó Edward haciendo que por el susto se me cayera la manzana pero el la recogió con ayuda de su pie, —Hola.
—¿No era que no querías hablarme acosador?—pregunté yendo a coger otras cosas más, el me siguió, —Tus cambios de humor me dan jaquecas.
—Dije que sería mejor no ser amigos, no que no quisiese serlo—se apresuró a seguirme.
¿De verdad Cullen?, no estoy de humor para tus jueguitos.
—Te contradices muy a menudo ¿también lo mencioné?—pregunté agarrando unos pepinos.
—No.—me puso unos tomates en la bandeja.
—Pues debí hacerlo.
—Tal vez.
—¿Qué significa que quieres ser mi amigo pero que no puedes?—dejé mi bandeja frustrada. Esto no me resolvía nada y me estaba empezando a estresar.
—Que deberías usar la cabeza y alejarte de mi.—
—Digamos que me niego a usar la cabeza.—hice un pausa para mirarlo mejor, —¿Me dirías la verdad?
—No, tal vez no.
—Sabes que no tiene ningún sentido lo que dices ¿Cierto?—reí y me vio confundido.
—¿Por qué te ríes?—sabía que trataba de adivinar el por qué de mi risa.
—Tú te acercaste a mi, yo estaba eligiendo mi comida.—agarré una manzana y cargué la bandeja, —Adiós Edward.
—Dime tus teorías.—dijo rápidamente haciendo que me detenga.
« Oh Edward, no las quieres escuchar »
Su voz me hizo girarme a verlo. Mierda.
—Bueno...—dejé de nuevo mi bandeja y vi de reojo que la mesa de mis amigos nos miraban, —He considerado, arañas radioactivas o kryptonita.
—Esas son cosas de superhéroes ¿No?—preguntó divertido.
Merlín dame paciencia o un cuchillo; lo que quieras primero.
Me decepcioné cuando no me llegó ni un cuchillo, ni paciencia así que solo me limité a asentir.
—Supongamos que...yo no fuera el héroe, sino...el villano.—mencionó sorprendiéndome.
Lo miré sin habla y sorprendida.
Nunca me hubiese imaginado que se crea el villano de algo, era simplemente...imposible.
¿Qué habría hecho para que se sienta así?
—No lo eres...solo...solo intentas aparentar ser un chico malo. Para alejar a la gente, es una máscara.—le dije segura. Y era cierto, no lo conocía del todo, pero podía deducir eso, —Y de igual forma, aunque seas un troll. No me alejaría si es que no me lo pides en serio.
Caminé con mi bandeja hacia la mesa de los chicos, que seguían mirándonos, sin disimular.
—Espera.—dijo Edward poniéndose delante de mi, me llevaba quince centímetros pero igual me sentía pequeña, —¿Por qué no...salimos?
Fue la primera vez que lo noté nervioso y no pude guardar mi sorpresa.
—A cenar. Mañana—decidió.
Ouch, mañana. Que mal.
—Me encantaría, pero...ya quedé con los chicos en ir a la Push.—me sentía mal por no haberle correspondido pero ya había hecho otros planes.
« ¿Lo invito? Nah, no parece un chico de playa»
—Tal vez...otro día.—levanté los hombros dudosa.
—De acuerdo.—sonrió de lado.
¡Merlín! Esa sonrisa me va a matar.
—Adiós, Cullen.—hice una reverencia a modo de despedida mientras reía. Casi se me cae la bandeja en el intento.
—Adiós, Mendoza.—me respondió la despedida con una reverencia mientras reía.
♪
—Ya no sé si valga la pena.—dijo Eric arrepintiéndose.
Tuve que aguantar la risa pero la sonrisa se me escapó.
—Ya vinimos hasta acá.—Jessica se intentaba acomodar su traje de surfeo, —Al menos voy a salir. Son unos bebés.
—Sigo pensando que Eric me va a invitar al baile y...no...no lo hace.—Ángela se notaba triste y sentí algo de pena por ella.
—Entonces hazlo tú...los hombres no tienen que invitarnos, podemos hacerlo si es que queremos.—le dije mirándola. No sé si fue por algo que vio que por lo que le dije pero se le formó un brillo en los ojos.
—¿Tú crees?—me preguntó algo tímida.
—Por su puesto.
—¿Me lo cierras?—preguntó Jessica llegando con una toalla envuelta encima de su traje de surfeo, Ángela accedió empezando a subir el cierre.
—¿Saben qué? Ya me animé, pásenme un traje.—dije decidida.
—Eso, ¿Ves Eric? es mucho más valiente que tú.—se burló Stanley.
—¿Tienes un traje?
—Hay uno de sobra en el maletero.
Cuando recibí la respuesta de Jessica, me paré y fui a la parte trasera del carro, la abrí y había un traje igual al de Jessica. Hacía un montón de frío, pero supongo que sería divertido estar en el mar un rato.
—¿Dónde me puedo cambiar?
—¡Hey! Te animaste.—exclamó Mike con una sonrisa
—Si, bueno. Tengo talasofobia pero, supongo que será divertido. Si me desmayo o me muero llévenle mis restos a alguien.—dramaticé haciendo reír a los demás.
—Aby.—dijo una voz conocida.
—¡Jake!—me tiré a sus brazos como niña pequeña.
—Hola preciosa. Me extrañaste ¿Cierto?—preguntó cuando me separé.
—Siempre.—sonreí, —Oh, chicas. El es Jacob.
Presenté, Jessica tenía la boca abierta. Que horror. Jake tan solo tenía quince años si no me equivocaba.
—Hola ¿Qué tal?—saludó mi mejor amigo.
—Hola.—respondieron Jessica y Ángela a la vez.
—¿No tenías talasofobia?—preguntó Jacob apuntando al traje que aún tenía en mano.
—Si bueno, ¿Saben qué? No voy a surfear. Lo lamento, será otro día.—dejé el traje y me senté junto a Jacob en la mini van.
—¿Estás siguiéndome?—pregunté de repente y el solo soltó una risa.
—Estás en mi reservación. Gracias.—le acerqué una varita de regaliz al igual que a sus amigos, recién me daba cuenta que estaban aquí.
—Oigan acompañen a Aly, no vino su amigo.—dijo Jessica entre burlona y triste.
—¿Quién es?—Eric parecía asustado y me dio ternura.
—Invitó a Edward.
—Oye Jessica ¿Cómo sabes que lo invité?, digo. Porque en realidad ni mencioné el tema.
—Supusimos que lo invitaste, estaban juntos.
Stanley se estaba burlando de mí.
—Bueno, tienes algo de razón, estábamos juntos. En realidad, me invitó a salir.
La cara de Jessica cambió a una de total enojo.
« Podré estar destrozada, pero nadie se mete conmigo sin salir viva o vivo Stanley »
—¿¡Enserio!? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué no nos lo dijiste?—empezó Ángela, esta chica botaba alegría.
—Porque sabía que te pondrías así.—negué riendo.
—De todas formas, los Cullen no vienen aquí.—dijo un chico.
♪
—¿Cómo es eso de que los Cullen no vienen aquí?—pregunté caminando por la playa con Jacob.
Jessica y Mike estaban surfeando, Eric...el trataba de seguirles el paso mientras Ángela estaba viendo ballenas.
—Te diste cuenta, no me sorprende a decir verdad. Siempre fuiste observadora.
—Aunque me gustara decirte, no puedo.—dijo vacilando, —No puedo decir nada sobre eso
—Vamos Jake, porfis. Sabes que sé guardar un secreto.—le dije agarrando su brazo y jugando con el, aunque yo sea mayor que mi mejor amigo, el era mucho más alto que yo.
Tal vez Emmett no se equivocaba con lo de mi altura.
—Bueno, te la contaré.—dijo rendido y yo sonreí, —Pero después no quiero enterarme que arrastraste a Iclyn a dormir contigo porque te dio miedo.
Mi sonrisa se desvaneció, seguro era una historia de terror. Sentí mi corazón latir mucho más fuerte. No soportaba ese tipo de películas o historias pero necesitaba saber que era lo que Jacob ocultaba.
Tomé aire y me dirigí a el:
—De acuerdo, dime la historia de terror.
Mentiría si dijera que no estaba nerviosa y asustada. Y eso que aún no me decía la historia.
No sé como saldré viva de aquí.
—¿Sabías que los Quileutes supuestamente descienden de los lobos?—preguntó él.
¿Lobos? Ay Merlín me va a dar algo.
La presión, mi corazón. Me voy a morir.
—¿Lobos?—pregunté atónita, Jake estaba normal, ni asustado ni aterrado.
—Sí.—dijo el riendo.
—Ay por Dobby.—fue lo único que alcancé a decir.
—Tú dijiste que querías escuchar así que ahora te aguantas.—dijo el al verme en un trance, —Bueno...esa es la historia de nuestra tribu
Me acordaba de su tribu, la de Jake, la tribu Quileute.
Los recuerdos eran algo vagos, pero seguían en mi mente, las historias que me contaron de pequeña cuando venía, recordé lo que me dijeron.
« La tribu Quileute se estableció en La Push y se convirtió en pescadores y constructores de barcos eficientes. A medida que pasaba el tiempo, otros pueblos codiciaban su tierra y se movían contra ellos por ella. La tribu era pequeña y no podían defenderse, así que tomaron sus barcos y abandonaron la tierra. En el mar, Kaheleha usó la magia en su sangre para defenderla. Fue el primer jefe espiritual en la historia de Quileute. Él y todos los hombres abandonaron las naves solo en espíritu, usando el poder original de QuileuteAstral Projection , dejando sus cuerpos atrás al cuidado de las mujeres. Aunque no podían lastimar físicamente al enemigo, los guerreros tenían otras maneras. Soplaron vientos feroces en los campamentos enemigos; Podían hacer grandes gritos en el viento y podían manipular a los animales para cumplir sus órdenes. Los animales eran los únicos que podían verlos y ayudar. La tribu invasora tenía paquetes de perros de pelaje grueso para tirar de sus trineos en el norte, y que estaban en contra de ellos. Los murciélagos fueron sacados de las cavernas del acantilado. Como resultado, los perros y los murciélagos ganaron y los sobrevivientes de los invasores se dispersaron pensando que el puerto estaba maldito. Los Quileutes liberaron a los perros, que corrieron salvajemente, y regresaron a sus cuerpos victoriosos »
Me había dicho el padre de Jake alguna vez. No me acordaba de mucho y ni le había tomado importancia. Era una niña, pensaba que eran historias inventadas para asustarnos.
Ahora que sabía que insistían con eso...
No sabía que pensar.
—¿Y eso que tiene que ver con los Cullen?—pregunté con la mirada perdida, pensando y analizando.
—Bueno, se supone que descienden de un...clan enemigo, los Cullen.—respondió mi pregunta no formulada, —Mi bisabuelo, el jefe, los encontró cazando en nuestro territorio; pero afirmaron ser algo diferente.. así que hicimos un tratado con ellos. Si prometían no volver jamás, no revelaríamos lo que son...a las caras pálidas.—decía todo intentando transmitir terror.
—¿No acababan de mudarse?—pregunté confusa.
Ya no entendía nada.
—O acaban de volver.—dijo Jacob sin mirarme.
Okey esto está de cabeza. No sé que estoy escuchando, mi cerebro no logra procesar nada de esta información:
—Claro.—respondí.
—¡Ah! ¡Una víbora, una víbora!—la voz de Jessica hizo que de un salto por el susto.
—¡Por Merlín! Esa muggle me va a dar un infarto y no quiero ir a San Mungo aún.—dije arrastrando las palabras.
—¿Sigues con esa obsesión?—preguntó mi mejor amigo aún avanzando.
—Por siempre y lo sabes.—sonreí divertida.
Luego de un rato decidí armarme de valor y preguntarle algo a Jake
—¿Y qué se supone que son?
—Son simples leyendas Ashly, vámonos.—evadió el tema.
Cómo lo suponía.
♪
Me encontraba en mi cama, echada y acariciando a Iclyn quien estaba recostada en mi, pensaba en la historia que Jake me había contado hace unas horas, aunque admita que la historia me asustó, tenía curiosidad.
¿Por qué seguían creyendo en historias que para mi eran para asustar a los niños?
Me paré y me dirigí a mi computadora, la abrí y en el buscador de Google busqué:
Leyendas tribu Quileutes
—Estoy loca, muy, muy loca.
En la pantalla me aparecieron un millón de links para investigar y no pensaba que sus leyendas sean tan populares.
Una página en especial llamó mi atención.
Era una librería. Y bueno, amo leer y eso pero, decía que había una librería.
En Port Angeles.
Vendían un libro de todas las leyendas de la tribu.
Casi boto todos mis cuadernos cuando busqué una hoja para apuntar la dirección, apresurada y con el corazón latiendo a mil por hora sin razón específica.
Apunté el lugar donde la librería quedaba.
♪
Ya habían pasado tres de mis clases y no había visto a ninguno de los Cullen, salí al patio en donde ya estaban Jessica y Ángela.
Empecé a pasar mi vista por el patio debido a una mirada pesada en mi.
—No está aquí.—la voz de Jessica me sacó de mis pensamientos, ella estaba sentada tomando el sol.
—¿Qué?
—Cuando hay buen clima los Cullen desaparecen. El doctor Cullen y su señora los llevan a acampar. Intenté eso con mis padres y no funcionó.
« Merlín santo, esta chica es demasiado entrometida »
—¡Chicas!—dijo Ángela, se notaba emocionada, muy emocionada a decir verdad, —Voy a ir al baile con Eric. ¡Yo lo invité y dijo que si!
—¿Ves? Te lo dije.—comenté con una sonrisa.
—Gracias Aly, no sé que hubiera hecho sin ti.—Ángela ahora me estaba abrazando y se lo devolví antes de que me quede sin riñones.
—Estoy muy feliz por ti Ángela.
—¿De verdad no podrás ir?
—No está en mis planes...lo lamento.
—Okey hay que ir de compras a Port Angeles porque si no se acaban los vestidos.—dijo Jessica volviendo a cerrar los ojos y tomar el sol.
Ouch, creo que se puso celosa, aunque no me caiga bien...no me gustaba la idea de quitarle a alguien una amiga.
Justo en ese momento sonó el maravilloso y hermoso timbre para irnos a clases.
—¿Port Angeles?—pregunté interesada, —¿Puedo ir?
—¡Claro! quiero tu opinión.—me dijo Ángela, Jessica no se veía muy convencida pero al final no le quedó de otra que aceptar.
♪
—Quiero este.—dijo Jessica cogiendo un vestido rosado.
—Está bonito.—comentó Ángela viéndolo.
—Pero, no sé como se ve con un hombro.
Yo solo esperaba la ocasión para mentir y salir de ahí para encontrar la librería. Aunque me encanten las compras y los vestidos...quería ese libro de leyendas y nada me lo impediría.
—¿Qué tal este? Me gusta el bordado.—Ángela ahora tenía un vestido lila.
—A mi también.
—Emmm, si me permites opinar.—dije levantándome, ese vestido morado era lindo pero no era para ella, —Por el color de tu cabello y tus ojos...
Me dirigí a la sección de vestidos blancos y cogí uno completamente blanco, parecía nieve.
Era algo corto pero elegante, tenía mangas cero y un bordado de líneas subiendo y bajando horizontalmente, una pequeña tira que hacía función de un cinturón blanco que hacía la unión de la parte de arriba con la de la falda, era simplemente perfecto para ella.
—Yo erigiría este, hace que resaltes.—me acerqué a ella y vi que tenía un brillo en los ojos.
—¡Es perfecto! me encanta, gracias Aly, en serio no sé que haría sin ti.—y me abrazó una ves más.
—Oye Ly, tienes buenos gustos ¿Por qué te vistes con ropa holgada?—Jessica tenía que abrir su boca.
Perfecto.
—Aunque no lo creas, Jess tengo ropa que no es holgada, la uso solo para salir a cosas demasiado importantes como el trabajo de mis padres, ahorita tengo ese tipo de ropa pero me quiero quedar así. Gracias.—sonreí falsamente.
—Quiero verte con esa ropa.—dijo Ángela decidida.
—Sí yo también.
Genial.
—No, no, no, no, no.
—Vamos.—seguía Ángela.
—¿De verdad quieres?
—¡Si!
—De acuerdo, solo un momento, no es que me fascine estar así.
Ángela era tan buena y amable que no podía decirle que no.
Mierda.
Me fui al cambiador y me miré al espejo, no me iba a gustar quitarme esta ropa, claro que no.
Pero lo haré por Ángela, ella de verdad se merece el mundo.
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Author's note:
¡Hola bbs!
¿Quién más piensa que Edward es un entrometido?
¿Quién más lo ama porque es tan perfecto?
¡Dios!
Espero que les esté gustando mucho
Lxs quiero <3
Att: 𝙰𝚕𝚒𝚜𝚜𝚘𝚗 ♡︎✍︎︎
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